Aunque se comprometió a evitar nuevos cierres de fábricas, la automotriz insinuó que podría detener las líneas de producción en algunas de sus instalaciones francesas.
La Comisión Europea dio visto bueno a asistencia financiera en favor de la automotriz bajo la condición de que esta mantenga su deuda bajo control y pague una tasa más alta a medida que su negocio financiero mejore.
La automotriz francesa requiere una inyección de capital, por lo que busca una alianza con GM, quien también tendría problemas de capacidad en su división Opel. Para lograrlo, la familia está dispuesta a perder el control para recuperar a su firma.
El presidente ejecutivo de la firma dijo que le gustaría ver un reajuste de las cargas al sector automotor para lograr ese objetivo.
La automotriz reportaría una pérdida neta en el primer semestre del año. Su planta de Aulnay dejará de funcionar en el 2014 como parte de una campaña para reorganizar la capacidad de producción ociosa de la firma.
Los mercados tradicionalmente fuertes de la automotriz, como Francia, España e Italia, actualmente se encuentran inmersos en fuertes crisis.
Para la automotriz francesa, su actual objetivo de ahorro de 1,000 millones de euros no sería suficiente. Se estaría preparando para cerrar una de sus plantas en París.
Los vehículos, basados en modelos compartidos, serán introducidos al mercado el 2016.
El grupo francés detalló que cortaría 3,500 empleos a tiempo completo y 2,500 puestos temporales.
Las relaciones estratégicas buscarían cubrir necesidades de la automotriz.