El sector educación en nuestro país nos hace prestar más atención a un aspecto crucial de este: la experiencia de incorporación de tecnologías ha mostrado poco efecto en la calidad de la educación.
¿Se imagina a su hijo de cuatro años programando y manejando su propio robot? ¿O recibiendo una clase de historia con unos lentes de realidad virtual? Aunque parezca increíble esto ya es posible con la tecnología de T-Box que acaba de llegar al país.